1/03/2010

La banalización de las felicitaciones


Ya me empiezo a parecer a un anciano... empiezo ya a hablar de temas con la coletilla de "antes era mejor". Y solo tengo 25 años.... Pero la cuestión es quejarse, sino, no sería yo.


Todo viene a colación de las nuevas tecnologías. Hará años, cuando solo existía el telefono fijo de toda la vida, había fechas señaladas en las que uno recibía unas cuantas llamadas de esas personas especiales que se acordaban de ti (ya fuera por méritos propios o por otra persona que se lo acababa recordando). Esa llamada podía durar desde unos segundos, para felicitarte o desearte el año nuevo, o hasta casi una hora, ya fuera explicando las batallitas o las novedades de menganito y fulanita y estarte un buen rato disfrutando de los cotilleos (sanos... que los malos son lo peor) y compartiendo un rato con esa persona. Casi como si fueras a tomar un cafe.

Y cosas de la evolución, aparecieron con fuerza los teléfonos móviles y los emails. De aquí se pasó de la llamada a una felicitación un poco más fría. Soso o no dependía del tiempo y la creatividad del autor. No todos somos iguales, pero siempre una frase original puede alegrar a uno la existencia. Pero bueno, el detalle, el hecho de que se acordasen de ti de alguna forma seguía ahí. Y además la gente se continuaba gastando algo de dinero. Eras más importante que esos 15 centimos que puedan costar los sms. Y si llegabas a recibir un buen puñado, pues aun mejor. Y luego se acabó perfeccionando con las postales electrónicas, con dibujos, animaciones, música y cualquier otro complemento útil y sorprendente.

Y ya... pasó el tiempo... y a pesar de estar en una sociedad con mejores tecnologías de la comunicación se creó el arma que nos ayudaría a mantener el contacto con todas nuestras amistades. Las redes sociales. Ya sea tuenti, fasebuk o lamadrequetepario.

Ahí, entre todo el puñado de fotos, con las borracheras y pepita enseñando sus vergüenzas y sus desvergüenzas y con comentarios del manolo mostrando su apoyo por esos hechos, aparecía una herramienta que te indica cuando es el cumpleaños de menganita. Y ya puestos, pues aprovechas para felicitar públicamente (claro está, eso es lo mejor... que todo el mundo vea que recibes una felicitación de marilin) o desear unas buenas fiestas o años o lo que sea... y ahí se apunta todo quisqui. Todos te felicitan. Desde la persona a la que tenías tanto aprecio, hasta el desgraciado con el que te peleaste en el colegio. Y ahí, un montón de felicitaciones vacías. Felicidades paquilin, a ver cuando nos vemos (cuando ambos no os tragáis). Felicidades paco, a ver si tomamos un cafe (a ambos os sienta el cafe como una patada en la entrepierna). Congratulations Francisco, tu sí que vales (no sabes ni quién diantres es ese que te ha felicitado).

Y ante tanta banalidad... gente que no sabe ni si naciste ayer u hoy o dentro de una semana... y estando a punto de cagarte en la madre que pario a Bill Gates, Mark Zuckerberg y Sergey Brin (creadores de microsoft, facebook y google respectivamente)... se oye un sonido... una dulce melodía... el teléfono.... una llamada... Por suerte, aun hay gente que no ha cambiado....


"Buenos días, soy Fulanita, le llamo para ofrecerles nuestro paquete comunicación total, un servicio de ADSL y llamadas por el módico precio de 39 € al mes, con el que disfrutara de un acceso a los mejores servicios que le permitirán estar comunicado a todas horas con su gente y con todo el mundo..."


Y cuelgas... cabreado... con una mala ostia recorriendote el cuerpo... con ganas de haberle dicho a la señorita que se metiera el paquete por donde le cupiera... y cagándote en la gran comunicación que hay hoy en día.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Hoy en día se han perdido los pequeños detalles que nos alegraban a todos dando paso a la frialdad de las nuevas tecnologías, que hacen nuestra vida más fácil pero al mismo tiempo más vacía.